La decisión entre reparar o reemplazar una caldera depende de varios factores, como la antigüedad del equipo, la frecuencia con la que presenta fallos y el coste de la reparación en comparación con una nueva unidad. Si tu caldera tiene menos de 10 años y el problema es menor, lo más recomendable es optar por la reparación, ya que puede alargar la vida útil del equipo sin necesidad de una inversión mayor. Sin embargo, si la caldera presenta averías recurrentes, consume más energía de la habitual o ya no cumple con los estándares actuales de eficiencia, puede ser más conveniente considerar la sustitución por un modelo más moderno y eficiente, lo que te permitirá ahorrar en consumo energético a largo plazo.